El dragón de los abismos

El dragón de los abismos

Dragona de los abismos
El dragón de los abismos (Formalmente, "La dragona de los abismos") es una antigua creencia de los dragones caballeros del viento. Se cree que sus acciones son supervisadas por dicho dragón y que, llegado la hora, decide si sus almas son dignas de ir a manos de Izanami o si, por el contrario, deben de ser devoradas por él y consumidas para siempre en los abismos que habitan en su vientre. Múltiples leyendas relatan sus historias de miles de formas, más no todas son correctas. 

En el baile de SECCIÓN, Máster descubrió que dicho dragón no es un dios, si no una poderosa hechicera. Las razones sobre sus leyendas y el origen de sus poderes son un misterio para todo el mundo. 

Según se cuenta, el dragón de los abismos emergió de las profundidades de las tierras cuando Panarón, padre de los primeros caballeros del Viento que él mismo fundó junto con su pareja fue ejecutado a sangre fría por aquellos que juró proteger. Los humanos, a los que tanto cariño había cogido, traicionaron tanto a él como a los suyos, de los cuales muy pocos escaparon. La ira de Panarón consumió su alma, que durante varios años se negó a regresar al inframundo con Izanami, atándose cada vez más a la tierra.

Pero a medida que pasaron los años, la ira lo consumió del todo y las numerosas cadenas que lo ataban a la tierra empezaron a pudrirlo hasta el punto que su alma acabó corrupta del todo. Como si de un zombie se tratara, los numerosos Mazoku que existían en la tierra fueron probablemente la única barrera que había cuando Panarón, prácticamente ciego de ira, alzó del subsuelo a sus hijos, reinvicando así la guerra contra los humanos. Los mismos vieron como los antaño Caballeros del Viento se volvieron contra ellos, alargando una innecesaria batalla.

Viendo que, por cada vez que lo tumbaban volvía a surgir, los Mazoku ejercieron un hechizo sobre su alma y lo ataron a las profundidades de los abismos, más allá de las legendarias tierras de Izanami, en un rincón dónde se convirtió en un simple monstruo que se dedicó, desde su mazmorra, a observar cómo la casta de los caballeros del viento se refugiaba en el Gran Glaciar, más allá de las tierras de Eterno Invierno. 

Así, y como castigo, se le obligó a partir de entonces a consumir las almas de todos aquellos Caballeros del Viento que ejercieran un abuso contra los humanos, dejando ir a aquellos que habían tenido actos nobles con ellos. Si bien, para Ma'keli, se trataba de una acción viable que ayudaría a juzgar a aquellos que no ejercían el bien, para Panarón sería todo un castigo emocional tener que alimentarse de aquellos que estaban a su lado y acuerdo a sus ideales finales. Se dice que, una vez en la vida, a todo dragón se le aparece el dragón de los abismos y que está obligado a guardar silencio, a riesgo que se coma su alma.